Hoy en día, la gran mayoría de las empresas ya han realizado el salto al mundo de internet. Para una compañía, tener una web corporativa e, incluso, perfiles en las redes sociales, es una inversión y requerimiento básico que le permite no sólo mantenerse en contacto con sus clientes, sino también mostrar sus servicios y productos a un número mayor de personas.
Sin embargo, tener una web no es suficiente. En un contexto competitivo como el que nos toca vivir, es necesario asegurarse de que nuestras soluciones logren destacarse de la competencia y llegar a las personas adecuadas.
La importancia de obtener tráfico cualificado
¿De qué nos sirve un sitio si no recibimos las visitas que necesitamos? Para una empresa, es importante que su web obtenga no sólo una mayor cantidad de tráfico, sino también que ese tráfico sea cualificado.
Cuando hablo de tráfico cualificado, me refiero a visitantes que lleguen a nuestra web buscando información sobre la empresa, sus productos, servicios y soluciones. Es decir, personas que puedan ser consideradas clientes potenciales. Recibir este tipo de tráfico impacta directamente en la generación de leads y su traducción en oportunidades de venta.
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El marketing digital nos ofrece diferentes herramientas para obtener tráfico cualificado, pero una de las fuentes más importantes son los buscadores de internet, y en especial Google.
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Lo primero que hacen las personas que necesitan información sobre algún producto es buscarlo en internet. Por lo tanto, imagínese la importancia de adquirir ese tráfico cualificado si nuestro sitio web aparece entre los primeros resultados de una búsqueda en Google.
Estrategia SEO
Aquí es donde entra el SEO (del inglés, Search Engine Optimization), cuyo objetivo es posicionar un sitio web en la lista de resultados de los buscadores. Este posicionamiento se realiza a partir aquellas palabras o expresiones que mejor definen nuestro negocio, servicio o producto, de manera que la web aparezca entre los primeros resultados de una búsqueda relevante para la empresa.
Los buscadores como Google, Yahoo y Bing utilizan un algoritmo secreto, lo que hace del SEO un conjunto de acciones de ingeniería inversa, actualizaciones, suposiciones y experimentos. Por ejemplo, Google pone en consideración más de 200 factores para posicionar una página en los resultados de búsqueda.
El trabajo de un especialista en SEO tiene una parte interna focalizada en adaptar los parámetros técnicos de la web, como la velocidad de carga o la usabilidad, y en revisar que tenga un contenido adecuado y optimizado. A esto se le llama “SEO on page”. Por otro lado, hay un trabajo de optimización de los factores externos en el que, por ejemplo, se generan enlaces de calidad en webs o directorios del sector con el propósito de sumar relevancia y autoridad a nuestra web. Esto es el “SEO off page”.
Conclusión
En definitiva, el objetivo de una estrategia SEO es que un buscador (principalmente Google) interprete a nuestra web como una opción válida y relevante para mostrar entre los primeros resultados orgánicos de la búsqueda online que pueda realizar un usuario. Esto incrementa el tráfico cualificado, y con ello las probabilidades de que la empresa genere mayores oportunidades de venta.
Una estrategia de SEO puede aportar gran valor a una compañía, sea esta pequeña, mediana o grande, y constituye uno de los aspectos esenciales en cualquier plan de desarrollo digital.
