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La industria 4.0 y los desafíos para Argentina

Actualidad 12/12/17 Esteban Knöbl 9 min de lectura

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Una entrevista con Roberto Demidchuk, CIO de Ternium, acerca de la transformación digital en la industria.

 

La automatización y digitalización de los medios de producción está revolucionando la industria. Empresas en distintas partes del mundo han comenzado a integrar la inteligencia artificial, el internet de las cosas y el “big data”, entre otros, a su infraestructura tecnológica, optimizando sus procesos productivos como nunca antes.

Roberto Demidchuk, CIO de Ternium e impulsor de la Industria 4.0, conversó con Titular acerca de este nuevo horizonte productivo y la oportunidad que representa para las empresas argentinas. Para él, la transformación digital de la industria “no es sólo tecnológica, sino también cultural”, y nuestro país puede “aprovechar enormemente el potencial del momento histórico en que nos encontramos”.

Este año leímos y escuchamos mucho acerca de la “cuarta revolución industrial”. ¿De qué se trata esto?

En la historia hubo varias revoluciones industriales que modificaron sustancialmente los factores generadores de riqueza, y que impactaron radicalmente el proceso industrial e impulsaron a la sociedad a nuevos y mayores niveles de desarrollo.

La primera estuvo asociada a la aparición de la máquina de vapor, la segunda a la mecanización y la organización científica del trabajo, la tercera a la automatización de la producción.

Ahora estamos presenciando la cuarta revolución industrial, con la integración de sistemas ciber-físicos, que posibilitan la convergencia del mundo físico y digital. Lo que la impulsa es contar con un conjunto de tecnologías emergentes, disruptivas y que tienen un comportamiento de crecimiento exponencial. Estas tecnologías disponibilizan capacidades con mayor potencia, a un menor costo y a un ritmo de evolución sin precedentes. Ejemplo de eso es Big Data, Cloud, IoT, Inteligencia Artificial, Robotics y Analytics.

La Industry 4.0 nace en este contexto. Aprovecha la ola de evolución proveniente de esta revolución para crear una industria más eficiente, inteligente y segura, con un fuerte grado de automatización, uso intensivo de datos para la toma de decisiones y la eficientización de la producción.

¿En qué medida este modelo productivo ya está siendo implementado en el mundo y cuál es la situación de Argentina?

Creo que hay un nivel de consciencia y entendimiento cada vez mayores y en todos los ámbitos. Hace tiempo la tecnología en general dejó de ser para los “entendidos” y pasó a ser masiva. Aún en ámbitos como el de la medicina, legal, contable, cada vez más es factible capitalizar el potencial transformador de la digitalización. Nadie está ajeno a esta realidad.

Los países desarrollados vienen marcando el camino a paso firme y mostrando resultados. Por ejemplo, la primera que vez que se presentó el concepto de Industry 4.0 en el mundo fue en el 2011 en Alemania, en una feria industrial en Hannover.

Argentina cuenta con un alto desarrollo profesional y con organizaciones industriales fuertes, Y a diferencia de las anteriores revoluciones, la actual es intensiva en conocimiento (no en capital ni en trabajo). Por otra parte, las tecnologías vienen acompañadas de “disrupción” y “democratización” y en Argentina tenemos acceso a la misma tecnología y al mismo tiempo que cualquier otro país desarrollado.

En el eje del conocimiento, las universidades argentinas se sumaron a la ola de los cursos virtuales gratuitos y con sólo disponer de tiempo, se puede acceder a cursos on line sin costo con el prestigio de las universidades locales y extranjeras (MIT, Stanford, etc.).

Considerando aspectos de implementación, alternativas como el Cloud, o el Software As a Service (SaS), abrieron nuevas posibilidades para testear e incluso utilizar a costos razonables nuevas tecnologías. Así es cómo se democratiza el conocimiento y el acceso a herramientas.

¿Cómo es el caso de Ternium?

En Ternium estamos muy orgullosos de impulsar fuertemente el concepto de Industry 4.0 en América Latina, a partir de la implementación de nuestra estrategia de “Transformación Digital”

El punto de partida (arbitrario, si se quiere) fue en México en el año 2010. Contábamos con 28 sistemas distintos, producto de la integración de las compañías adquiridas, que fueron unificados (capitalizando la experiencia ganada en Argentina) y acompañamos con el robustecimiento de la base tecnológica (comunicaciones, conectividad, infraestructura, entre otros). En esa primera etapa consolidamos la empresa en tiempo real.

A partir de esta base, se extendió la nueva capacidad tecnológica a nuestra cadena de valor, posibilitando así que los mismos interactuaran en forma más eficiente y directa con los sistemas de la empresa.

Ahora estamos transitando la tercera etapa que denominamos S.M.A.R.T. Factory (S.M.A.R.T. por las siglas Social, Mobile, Analytics, Robotics e Internet of Things) donde la movilidad, conectividad y experiencia de usuario en el núcleo del proceso productivo (con integración digital – física) permiten automatizar y optimizar actividades, simplificando al máximo el componente administrativo. En este sentido, estamos ejecutando proyectos concretos asociados con movilidad, la utilización de tecnologías de RIFD, Video Analytics, Analytics, Drones y 3D Printing / 3D Scanning, entre otras.

Creo que Argentina es ideal para el impulso y uso de nuevas tecnologías. Es un país que puede aprovechar enormemente el potencial del momento histórico en que nos encontramos.

¿Cómo pueden impactar estos cambios en la rentabilidad de las empresas? ¿Qué se puede esperar en términos de ROI?

A medida que las empresas evolucionen en su proceso de transformación digital, aquellas que no lo hagan al mismo ritmo y velocidad que el resto del mercado, van a haber cedido una ventaja competitiva importante.

Por otro lado, considero que no sólo hay que analizar la rentabilidad de las empresas en términos de ROI, sino considerar también a la tecnología per se como un “game changer” del mercado. Es decir, en una economía cada vez más interconectada globalmente, la tecnología en la industria generará verdaderamente una revolución.

En lo que respecta al impacto de la digitalización, Ternium está alcanzando resultados cada vez más satisfactorios asociados a los indicadores concretos de negocio. Más allá del incremento de eficiencia, automatización y servicio al cliente, la automatización posibilita que el personal se focalice en las actividades de mayor valor agregado. Se retroalimenta así un círculo virtuoso.

Para ejemplificar este punto de resultados visibles: en Ternium, donde implementamos RFID (identificación, ubicación y seguimiento de productos en tiempo real; creación de almacenes seguros por medio de la identificación de productos con RFID; y eliminación de las operaciones manuales de identificación y toma de material),  concretamos una reducción de un 40% en el tiempo de carga de los camiones. Este sistema permite contar con un tracking físico completo del material, y eliminar los riesgos de personal circulando en playas.

El hecho que Ternium acompañe las necesidades del mercado, incrementado sostenidamente su operación, está muy relacionado a una evolución tanto de sus capacidades productivas como tecnológicas.

¿Hay entusiasmo en el empresariado local, o aún se mira todo este proceso con escepticismo?

La Industry 4.0 y en general la transformación digital de la industria son un tema relevante en la agenda en los distintos foros económicos y empresariales que se realizan en el país.

Argentina está materializando esta oportunidad pasando de un país reconocido por su excelencia profesional al diseño concreto de herramientas y empresas con un fuerte desafío tecnológico. Tenemos, por ejemplo, “unicornios” en la bolsa estadounidense, con fuerte base de IT.

A menudo comparto charlas con CEOs de empresas tecnológicas locales con iniciativas de cognitive e IA, y percibo un entusiasmo genuino. El escepticismo quizás se confunda con una actitud conservadora hacia el cambio. No hay dudas sobre el cambio, la pregunta es cuándo. Por eso es importante seguir avanzando, aunque sea con pequeños pasos.

En el World Economic Forum que se celebró este año en Davos, la temática central fue la 4° Revolución Industrial. Lo mismo se replicó en el encuentro del WEF Latinoamérica en Buenos Aires, en abril. En ambos encuentros participaron representantes argentinos. A su vez, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina ya viene trabajando en el estudio del tema desde hace algunos años.

Aquellas empresas en Argentina que quieran comenzar su transición hacia este modelo productivo, ¿por dónde pueden empezar? ¿Existe una metodología de implementación, o consultoras que asistan con ese proceso?

En el espacio ProPymes que impulsa Ternium tuvimos la oportunidad de presentar nuestra estrategia de transformación digital a nuestra cadena de valor, compartiendo nuestro proceso y su posible adaptación a sus realidades.

Basado en nuestra experiencia, yo sugeriría un enfoque como el que seguimos en Ternium: comenzar por la integración de procesos y sistemas, extender la potencialidad a la cadena de valor y avanzar con proyectos S.M.A.R.T. Cada etapa completada es una base en la que se apalancan las siguientes.

Claramente no existen recetas, ni hay una única forma de hacer las cosas, pero creo que esta propuesta logra una mayor simplificación en términos de ejecución.

Cada empresa, dependiendo del estadio de madurez tecnológico en que se encuentre, puede comenzar con un desarrollo propio de tecnologías (como fue el caso de Ternium) o con el apoyo (ya sea parcial o total) de consultoras especializadas en las diferentes herramientas.

Pero es crítico entender que la transformación digital es un proceso integral. El cambio organizacional se origina como resultado de la implementación y aprovechamiento de las nuevas tecnologías digitales, y conlleva una transformación más profunda de la forma de trabajo.

La transformación digital no es sólo tecnológica, sino también cultural. Define nuevas relaciones con los clientes y cambia los modelos de negocio, modifica procesos internos, relaciones, herramientas de gestión y producción. No se trata de un proyecto de un equipo, sino de un cambio cultural para toda la compañía, con equipos multidisciplinarios y colaborativos, motivados a lograr un propósito común.

La implementación de estos cambios en las industrias implica un reemplazo de la mano de obra humana en la realización de algunas tareas. ¿Qué estrategias podrían adoptarse desde las empresas y los gobiernos para minimizar el desempleo?

No es un tema de ser humano versus máquina, sino de complementación entre ser humano y máquina. La automatización siempre ha cambiado el rol de los seres humanos en el proceso de producción, pero no lo ha eliminado. Sólo hay que ser cuidadosos durante la transición, como ha pasado a lo largo de toda la historia.

Los países de Europa que cuentan con los mayores niveles de automatización, por ejemplo, son los que tienen tasas más altas de empleos. Como ejemplo, este año se cumplieron 50 años del cajero automático. Aunque en un comienzo, intuitivamente, se lo planteó como un competidor del personal que atendía las cajas de los bancos, al final no fue así, ni siquiera con la llegada de internet. Lo que cambió fue el tipo de trabajo que hacen los cajeros humanos, más cualitativo y menos rutinario.

En Argentina existe un espacio denominado “Argentina 2050”, que se dedica a la exploración y prospección del futuro, siendo el tema del trabajo futuro una de los ejes de análisis. Otro ejemplo lo encontramos en Google, que planea invertir millones de dólares en organizaciones sin fines de lucro para ayudar a las personas a adaptarse a la naturaleza cambiante del trabajo. Bill Gates sugirió que se cobre un impuesto similar al que se cobra por los humanos trabajadores a los trabajadores robots. Estos son algunos de los múltiples abordajes para encontrar soluciones a una preocupación latente.

Este desafío no es nuevo. En el mundo industrial siempre tuvimos un armónico crecimiento en la interrelación de máquina, hombre y tecnología, con una gimnasia de actualización y capacitación constante. El nuevo desafío viene principalmente por la aceleración del cambio tecnológico y la mejor manera de incorporar estos nuevos conocimientos de cara a la empresa del futuro.

Nuevo llamado a la acción

Esteban Knöbl

Head of SEO / SEM