DeepSeek: la inteligencia artificial china que divide al mundo tecnológico
Actualidad Inteligencia artificial 29/01/25 Esteban Knöbl 3 min de lectura

Su irrupción sacudió el escenario tecnológico mundial al posicionarse en muy poco tiempo como la app más descargada en algunos países. Pero, ¿es mejor que ChatGPT?
En cuestión de días, DeepSeek pasó de ser un nombre desconocido a liderar las descargas en la App Store en países como Estados Unidos y Reino Unido. El chatbot, desarrollado por Liang Wenfeng y equipo en China, se volvió la sensación del momento, generando tanto entusiasmo como polémica en la comunidad tecnológica.
Su gran atractivo es que es de código abierto y completamente gratuita, algo que la diferencia de modelos como ChatGPT y Gemini. Pero su ascenso meteórico también despertó dudas sobre su transparencia, su seguridad y la influencia del gobierno chino en su desarrollo.
Las claves del fenómeno
Una de las claves de su éxito es su accesibilidad. Mientras que empresas como OpenAI y Google han invertido miles de millones de dólares en sus modelos de IA, DeepSeek logró resultados impresionantes con un presupuesto inferior a los 6 millones de dólares. Esto lo consiguió optimizando hardware menos avanzado, lo que lo hace más eficiente en términos de costos. Muchos desarrolladores y entusiastas de la inteligencia artificial vieron en DeepSeek una alternativa potente y abierta, lo que contribuyó a su rápida adopción.
Sin embargo, no tardaron en aparecer las primeras alertas. Expertos en ciberseguridad advirtieron que la app podría estar recopilando información sensible de los usuarios y que sus respuestas parecen alineadas con la ideología del Partido Comunista Chino. Preguntas sobre temas delicados, como los derechos humanos en China o la situación de Taiwán, arrojan respuestas que reflejan la postura oficial del gobierno. Esto generó comparaciones con la censura y el control informativo que el país ha impuesto en plataformas como WeChat y TikTok.
Pero el impacto de DeepSeek no se quedó solo en la esfera del software. Su irrupción en el mercado de la inteligencia artificial sacudió la industria financiera, afectando a gigantes tecnológicos. Empresas como Nvidia, Broadcom y Taiwan Semiconductor Manufacturing Company sufrieron caídas en sus acciones, perdiendo en conjunto más de un billón de dólares en capitalización bursátil. Incluso el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se pronunció al respecto, instando a las empresas estadounidenses a ponerse al día y desarrollar modelos de IA aún más potentes para no quedarse atrás.
¿Es mejor que ChatGPT?
DeepSeek y ChatGPT tienen enfoques distintos en cuanto a desempeño y accesibilidad, lo que hace difícil declarar un ganador absoluto. Sin embargo, en nuestra experiencia ChatGPT muestra un rendimiento más consistente y pulido al analizar tareas generales como generación de texto, resolución de problemas y comprensión de instrucciones.
Uno de los principales puntos a favor de ChatGPT es su entrenamiento con modelos avanzados y una enorme cantidad de datos de calidad, lo que le permite ofrecer respuestas más detalladas, coherentes y precisas. También maneja mejor matices del lenguaje y contextos complejos, lo que lo hace más confiable en tareas profesionales o técnicas.
Por su parte, DeepSeek destaca por su velocidad y eficiencia en consultas sencillas. Su gran ventaja es que es gratuito y de código abierto, lo que permite a más usuarios experimentarlo sin restricciones. Sin embargo, su conocimiento puede ser más limitado en algunos temas, estar sesgado y/o ser más impreciso. Como suele suceder en estos temas, cada usuario deberá probar por sí mismo y evaluar el rendimiento de cada modelo para sus necesidades particulares.
La competencia no es solo tecnológica
El futuro de DeepSeek es incierto. Su popularidad sigue en ascenso, pero las dudas sobre su seguridad y neutralidad persisten. Para algunos, representa una revolución en la democratización de la IA; para otros, un riesgo latente en términos de privacidad y manipulación de información.
Lo cierto es que su aparición ya dejó huella, convirtió a su creador en una celebridad, y obligó a la industria a replantearse el futuro de la inteligencia artificial en un mundo donde la competencia no es solo tecnológica, sino también geopolítica.